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METEOROLOGIA
SUBSINOPTICA.
SITUACIONES ADVERSAS.
PROBLEMAS Y SOLUCIONES
Por
Alberto Linés Escardó
Doctor en Ciencias. Meteorólogo.
Subdirector adjunto de operaciones de Iberia entre 1971 y 1987.
En
los años veinte, Bergeron, Bjerknes y otros meteorólogos de la escuela
noruega, desarrollan el concepto de masa de aire, descubren el frente
polar y a la vez, la teoría frontal. Se establece entonces el esquema
de la borrasca típica de las zonas templadas y se sientan las bases
de Meteorología Sinóptica. Nace una metodología para estudio y predicción
del tiempo. Theodore Fujita (1), se lamenta de que en la décadas
siguientes las perturbaciones mesoescalares se hayan tratado con
una óptica sinóptica y hasta los años ochenta no se hayan estudiado
en profundidad los fenómenos a mesoescala, y en los noventa, los
fenómenos meteorológicos a microescala.
Fujita
establece estas tres escalas:
Sinóptica
400 a 40.000 km Aplicación: Predicción diaria
Mesoescala
4 a 400 km " Predicción local
Miso
o microescala 40 m a 4 km " Aviso de riesgos
Para
ceñirnos a nuestro tema, vamos a referirnos solamente a los fenómenos
meso y microsecalares.
Conviene
advertir que en propia OACI no ha quedado ajena a la prepotencia
de la Meteorología Sinóptica en lo que se refiere a la protección
al vuelo en general (2). En aquella organización, en sus comienzos,
se prestó una atención casi preponderante a la gran aviación, denominada
"Aviación Internacional"; posteriormente cambiaron algo
las cosas, y se elaboró para la pequeña aviación, que paso a denominarse
"Aviación General" una segunda parte del Anexo 6 al Convenio
de Chicago, anexo dedicado a Operaciones.
La
diferencia entre las llamadas aviación "internacional"
y "general" no la establece OACI según la naturaleza o
área geográfica del vuelo, sino del "status" operativo
de la aeronave en cuestión. En pocas palabras, en la Aviación Internacional
esta previsto el simple fallo mediante la redundancia de medios
(dos pilotos, dos o mas motores y equipos, con posibilidad de alguno
inoperativo); en la Aviación General, que prácticamente incluye
toda la deportiva, puede haber aviones monomotores, un solo piloto,
etc. El simple fallo no queda cubierto.
Así
como OACI ha tenido buen cuidado de regular en materia de operaciones
en forma diferente para la pequeña y la aviación grande, para entendernos,
no ha mostrado el mismo celo en asuntos meteorológicos. El Anexo
3, específicamente de Meteorología, está polarizado para la aviación
internacional y como descolgada de la general. La escala geográfica
de las cartas empleadas es buena muestra de ellos. Una perturbación
de 15 km de diámetro en los mapas de tiempo significativo se representaría
con el tamaño de un milímetro. Quede claro pues, que es insuficiente
la escala sinóptica para una protección meteorológica eficaz, sobre
todo para la aviación general o pequeña Aviación. Es cierto que
son pertinentes los tipos de observaciones establecidas, es decir,
los METAR, así como los SIGMET y los avisos de aeródromo y otras
informaciones en lenguaje corriente.
FENOMENOS
A ESCALA SUBSINOPTICA.
Al
tratar de los fenómenos subsinópticos comenzaremos por los mesoscálicos,
o sea aquellos cuya elongación es a lo sumo de unos pocos centenares
de kilómetros. Citaremos los siguientes:
Sistemas
convectivos y complejos convectivos.
Entre
los fenómenos mas importantes, sobre todo en el área mediterránea,
hay que citar en primer lugar los Sistemas Convectivos, que
comúnmente son confundidos con las gotas frías; éstas son sin embargo,
fenómenos de escala sinóptica.
Un
sistema convectivo es una perturbación mesoscálica formada
principalmente por una gran masa de cumulonimbos, los cuales en
algún momento de su vida coexisten con una gran masa nubosa estratificada.
Lo característico es la enorme intensidad de las precipitaciones
que originan. La duración raramente alcanza las 24 horas, en las
cuales puede o suele permanecer casi estacionario o con muy lenta
traslación. Son característicos los sistemas convectivos de
finales del verano o de los comienzos del otoño, principalmente
en el área mediterránea, aunque no exclusivamente en esta , ya que
también se han presentado y muy intensos en el Cantábrico y en el
área pirenaica.
Las
mayores cantidades de precipitación en 24 y en 6 horas se han presentado
al menos en los últimos diez años asociadas a los sistemas convectivos.
No
existen todavía unas especificaciones concretas y unívocas para
los sistemas convectivos ni para su denominación. Así , Madox
(3) estudia y define los que denomina complejos convectivos mesoscálicos
(MCC) como aquellos fenómenos que reúnen determinados requisitos
basados en las imágenes por satelice en IR, y entre ellos, podemos
señalar como los mas significativos:
a)
el área nubosa debe incluir al menos 100.000 km cuadrados con la
temperatura en el tope de las nubes de -32ºC o inferior,
b)
El interior de la masa debe incluir al menos 50.000 km cuadrados
con temperatura en el tope de -52ºC o inferior
c)
La duración del fenómeno debe ser al menos de seis horas
Las
estadísticas que viene realizando el INM sobre los fenómenos mesoscálicos
de esta naturaleza, ofrecen unas dimensiones algo menores y también
por lo regular una duración por término medio ligeramente menor.
Dado que el número de casos considerados no es todavía muy grande,
no se podría aún dar unas especificaciones concretas para los sistemas
convectivos y provisionalmente podríamos definir los complejos
convectivos mesoscálicos los que están acordes con las especificaciones
de Madox, y los sistemas convectivos también a mesoscala,
a aquellos de la misma naturaleza y de algo menores dimensiones
y de duración de al menos tres horas.
Un
sistema o un complejo convectivo es sin duda el fenómeno
mas peligroso con que pueda enfrentarse en nuestras latitudes la
pequeña aviación, los planeadores, globos u otros ingenios voladores
ligeros. Sin embargo, en la gran peligrosidad y violencia radica
la posibilidad de evitarlos ya que la información acerca de estos
tipos de riesgos es difundida por muchos cauces, entre ellos Protección
Civil. Un deportista que se vea envuelto en esta clase de fenómenos
demostraría gran negligencia en cuanto a la obtención de la información
previa al vuelo. Es por tanto de todo punto necesario, estar atentos
a toda clase de avisos y en su caso, suspender toda actividad deportiva
o de la aviación general.
Líneas
de inestabilidad.
No
es rara la formación de líneas líneas tormentosas, unas veces
desplazándose y en otras, casi estacionarias. Las primeras con facilidad
pueden alcanzar escala sinóptica y algunas veces pueden estar asociadas
a frentes fríos, de modo que avanzan paralelas y delante de los
frentes. En todo caso son fenómenos convectivos caracterizados por
su estructura lineal. En los trópicos suelen denominarse turbonadas
tropicales y en las zonas templadas, simplemente líneas de
turbonada. En las imágenes de satélite pueden aparecer enmascaradas
y en forma redondeada debido a la gran masa de nubes estratificadas
que las envuelven; puede ser útil contrastar la imagen en espectro
visible con la infrarroja.
Otro
tipo de fenómeno mesoscálico lo constituyen las líneas tormentosas
casi estacionarias. Se pueden originar en condiciones de estratificación
inestable; entre dos células tormentosas muy activas y con separación
adecuada, se crean en el suelo areas de convergencia, creadas por
las descendencias en las base y en el entorno exterior de las tormentas.
Cuando declina la vida de las primitivas células, se desarrollan
las nuevas que aparecen en las zonas intermedias. El aspecto lineal
al pasar las horas tiende a desfigurarse. A veces no resulta sencillo
el diferenciar una línea de inestabilidad casi estacionaria con
un sistema convectivo.
Otros
fenómenos mesoscálicos.
El
viento al soplar sobre largas alineaciones montañosas crea fenómenos
mesoscálicos de diferente naturaleza; puede ser el caso de ondas
estacionarias del tipo de las llamadas onda de montaña,
la cual como es sabido puede suponer un riesgo a veces extremo para
la pequeña aviación, sobre todo cuando se vuela con viento en cara
y a sotavento, y muy especialmente cuando se forma la llamada nube
rotor, y el avión se ve envuelto en la misma. Aunque el fenómeno
global es de naturaleza mesoscálica, la nube rotor es fenómeno
a microescala.
Un
fenómeno complejo , que ha estudiado A. Jansá (4) es la llamada
vaguada mediterránea. Viene a consistir en lo siguiente:
cuando hay un flujo muy marcado de W o bien del NW, se produce un
marcado efecto Föehn originado por la Cordillera Ibérica, y al haber
componente Norte, también por el Sistema Pirenaico. A lo largo de
la costa del Mediterráneo aparece una anomalía positiva de temperatura
y a la vez, negativa de la presión. El resultado es una vaguada
casi estacionaria, que de persistir puede evolucionar hacia una
pequeña depresión centrada cerca y al Norte de las Baleares. Este
fenómeno queda pues originado por la interacción de un flujo a escala
sinóptica y factores geográficos locales.
FENOMENOS
MICROESCALARES.
Hay
una gran variedad de fenómenos a pequeña escala , es decir a una
dimensión comprendida entre unos pocos kilómetros y decenas de metros.
Tormentas.
Por
su especial relevancia es preciso referirnos en primer lugar a las
tormentas. Suelen éstas clasificarse entre frontales y de
masa. Dado que las primeras deberían estudiarse a escala sinóptica,
vamos a centrarnos en las segundas. Hay otros autores como Uman
(5) que prefieren distinguir entre tormentas locales o convectivas
o en formaciones móviles.
Como
es de sobra conocido, para la formación de una tormenta se
requiere un adecuado contenido de humedad, estratificación inestable
y un factor desencadenante , como puede ser la convección por calor
o la ascendencia forzada.
Cuando
el contenido de humedad no es alto y muy considerable la convección,
caso muy frecuente en nuestro verano en las tierras del interior,
pueden originarse tormentas secas, sin precipitación que
alcance al suelo, pero con importante aparato eléctrico e intensas
microrráfagas, a las que mas adelante nos referiremos, así como
intensa turbulencia. En principio, para la pequeña aviación podemos
calificar a las tormentas secas como por lo menos tan peligrosas
como las tormentas con precipitación.
Es
clásica la distinción de tres estados en la formación de una tormenta:
estado de cúmulo, de madurez y de disipación. En la primera fase,
no han precipitación y predominan dentro de la nube las ascendencias
. En la segunda, coexisten ascendencias y descendencias, hay precipitación,
rayos y fuerte turbulencia. En la última fase, prevalecen las descendencias,
los cumulonimbus se fragmentan y quedan fuertemente cargados de
electricidad , en general positiva.
A
nuestro juicio, las condiciones potencialmente quizá de mayor riesgo
para el vuelo, o al menos una de las mas peligrosas, agravado por
la circunstancia de tratarse de fenómenos bastante comunes, se presentan
justo al comenzar el estado de madurez de las tormentas,
que se inicia al alcanzar el suelo la primera gran descendencia
y también las primeras gotas de precipitación. Esto es particularmente
peligroso para los aviones y no solo los ligeros, que se encuentren
cerca del suelo, bien sea en la aproximación final, o en el despegue
o ascenso inicial. También lo es para la pequeña aviación volando
cerca del suelo. Repetimos es un riesgo que afecta a todos los aviones
aún los mas pesados y mejor equipados, aunque estos van dotados
de sensores que detectan y alertan tempranamente de fenómenos de
alteraciones bruscas del viento.
El
riesgo es todavía mayor cuando dicha ráfaga descendente tiene lugar
en el entorno del aeródromo. En el caso de aeródromos no dotados
para aproximaciones de precisión, puede haber asimismo riesgos adicionales.
En efecto, en tales aeródromos, la senda de planeo en la aproximación
final suele ser rectilínea y con una pendiente en torno a los tres
grados. En cambio, en las aproximaciones de no precisión, suele
haber en la aproximación un tramo de vuelo horizontal hasta cerca
del umbral de pista, lo que supone mas tiempo cerca del suelo y
riesgo adicional. Lo mismo podríamos decir cuando, pese a haber
ayudas de precisión, la aproximación ha de hacerse en circuito.
De
los fenómenos inherentes a la tormenta nos referiremos a
dos : microrráfagas y rayos.
Microrráfagas.
Suele
entenderse por microrráfaga una intensa y breve ráfaga de
algunos centenares de metros de anchura y que tiene lugar cerca
del suelo. Las mas importantes para nuestro propósito, son las descendentes,
las llamadas en inglés "downburst". Estas ráfagas,
al llegar al suelo se extienden con violencia y a veces por un efecto
como de rebote crean un torbellino de eje horizontal y curvilíneo.
Hay evidencia de que a veces ese torbellino , de forma toroidal
, es tan intenso, que las ascendencias creadas en la parte exterior
han dado lugar a condensación, y han formado una curiosa nube de
forma casi anular, en un plano paralelo al suelo.
No
solo se forman los temidos "downburst" en las fases
de comienzo del estado de madurez de un proceso tormentoso, es decir,
en el llamado "reventón" en muchos países de habla
hispana. También se pueden se puede presentar en tormentas secas
y alguna otra situación o condiciones atmosféricas, aunque ello
es menos frecuente.
No
debe confundirse el "downburst" con el tornado;
son fenómenos de extensión parecida y a veces efectos similares,
pero hay una diferencia esencial: en el "downburst"
las corrientes son descendentes, mientras que en el tornado se combinan
ascendentes y en espiral.
Los
"downburst" , en las figuras adjuntas se representan
esquemáticamente según los tipos mas comunes. Acaso para la pequeña
aviación revistan especial peligrosidad los procedentes de las tormentas
secas por ser mas difíciles de localizar y en buena parte de
los casos casi imposible identificar visualmente.
Un
avión en la aproximación final puede encontrar una fuerte ascendencia
debida a la parte exterior del torbellino horizontal creado por
rebote del "downburst". Quizá la reacción del piloto
sea la de bajar el morro del avión, lo cual no puede ser mas desaconsejable,
ya que inmediatamente se encontrará la intensa corriente descendente
y con tal presentación del avión, las consecuencias pueden ser fatales.
La
duración del proceso de una intensa "downburst" puede
ser de hasta 15 minutos. Fugita (6) señala como de unos cinco minutos
desde que se inicia hasta que se alcanza el suelo y la máxima intensidad
puede ocurrir en los cinco minutos siguientes y a los 15 puede estar
ya en fase de disipación.

Fenómenos
eléctricos: el rayo.
En
los comienzos de la aviación, fue quizá el rayo uno de los
riesgos mas temidos. Parece sin embargo que, al fabricarse sobre
todo grandes aviones con casco metálico, y sobre todo, con mejor
equipamiento, parece como si se hubiera minusvalorado el efecto
de las descargas eléctricas. Tal vez suceda lo mismo que con el
riesgo de fulminación de personas; al hacerle la población mas urbana
el número de víctimas ha decrecido, pero el fenómeno es el mismo.
Carga
eléctrica en la nube.
En
el interior de una nube tormentosa la distribución de las cargas
eléctricas no es uniforme. Por lo regular, en la parte interior
predominan las cargas negativas, mientras que en la parte superior
o tope, donde suele haber gran cantidad de cristales de hielo, prevalece
la carga positiva. Hay también en la base de la nube cargas positivas,
aunque en la vida de la nube la carga de la base experimenta variaciones.

Las
nubes con mayor carga eléctrica suelen ser las convectivas muy desarrrolladas,
es decir, los cumulonímbus; son las propias de las tormentas.
Por esta razón, en las nubes de poco espesor rarísimamente se presentan
episodios tormentosos, que son por tanto característicos de las
nubes muy desarrolladas por procesos convectivos o de carácter frontal.
En
un episodio tormentoso, puede haber descargas de la nube a tierra
o de la tierra hasta alcanzar la nube. También pueden presentarse
descargas de nube a nube; estas son menos corrientes que las anteriores.
A veces el mecanismo de descarga es muy complejo debido a la presencia
de factores no naturales; es el caso, por ejemplo, del paso de un
avión por la base de una nube
tormentosa,
que puede hacer de puente e inducir la descarga de nube a tierra.
La naturaleza del terreno, el relieve, los grandes edificios, el
arbolado y otras irregularidades del suelo, inciden en forma muy
acusada en la génesis y en el tipo de descargas eléctricas atmosféricas.
Las
hipótesis para explicar la génesis del rayo y a la vez, la protección
contra el mismo, datan de mediados del siglo XVIII. En fechas relativamente
recientes se han desarrollado teorías bastante satisfactorias sobre
el mecanismo de los rayos, si bien, conviene aclarar que todavía
existen aspectos que no están suficientemente aclarados. Cada rayo,
cada descarga eléctrica es diferente y la imagen de cada rayo es
distinta de las demás, por lo que la casuistica de estos fenómenos
podemos decir que es inagotable.
Ya
en los años cuarenta, algunos experimentos con cámaras fotográficas
móviles probaban que el rayo no es una descarga simple, sino que
va precedida, por ejemplo en el caso de la nube a tierra, de otras
varias, de modo que cada una sigue y viene a profundizar en el camino
seguido por las anteriores hasta que finalmente, la descarga llega
a tierra (Schonland y otros). Todo ello sucede con gran velocidad,
de modo que cada camino elemental se recorre en un plazo de tiempo
que viene a durar entre diezmilésimas y cienmilésimas de segundo.
En cualquier caso la trayectoria del rayo o descarga se adapta a
la trayectoria donde el aire o el medio que atraviesa dicho rayo
es el que ofrece mejor conductividad eléctrica. En el caso del aire,
la conductividad viene poderosamente influida por la ionización,
la cual queda profundamente afectada por los procesos físicos y
químicos que tienen lugar en el aire, debidos a causas naturales
tales como las propias tormentas, volcanes y radiactividad natural,
o bien debidas a causas antrópicas : actividad de tipo industrial,
transportes, chimeneas etc.
El
propio rayo es una poderosa fuente de ionización del aire y por
ello, las descargas eléctricas raramente aparecen solas y lo normal
es que en los episodios tormentosos tales descargas aparezcan en
forma múltiple.
La
teoría anterior ha sido perfeccionada en los últimos años si bien
se mantiene la hipótesis de que las descargas no son simples sino
complejas. La iniciación y propagación de una descarga se hace por
un proceso que llamaríamos escalonado, lo que se denomina "stepped
leader", que viene a ser la forma en que se abre paso la carga
eléctrica en su marcha de la nube a tierra o viceversa. Exactamente
no se conoce del todo el proceso de trabajo del "stepped leader".
Entre paso y paso transcurre un tiempo de cienmilésimas de segundo.
Las descargas suelen iniciarse dentro de la nube, en el sector "N",
es decir, en el seno de la parte cargada negativamente, y en la
zona en que reina una temperatura en torno a los cero grados. La
carga eléctrica negativa se encamina, por pasos discontinuos como
va dicho, hacia el suelo, y cuando se encuentra a una distancia
como de unos 50 metros, parte del suelo una carga positiva y sale
al encuentro de la negativa descendente. La carga que parte del
suelo normalmente es compleja y puede proceder de varios puntos
del suelo a la vez.
Esta
descarga desde el terreno no se produciría a menos que la carga
eléctrica positiva, procedentes de dicho terreno, no fuera atraída
por la carga eléctrica negativa que desciende procedente de la nube.
A veces la descarga desde la tierra es seguida por otras varias.
Daños
en aviones.
En
aviones de casco metálico los daños mas corrientes suelen ser: perforaciones,
rotura de la cúpula de radar, que lógicamente no es metálica, desperfectos
en los equipos de comunicaciones, efecto de deslumbramiento e incluso
en casas raros, incendio del combustible. En aviones muy ligeros
de superficies enteladas y sobre todo en ultraligeros hay además
el riesgo de fulminación de los tripulantes o incendio del aparato.
Hay
ejemplos probados, cierto que pocos, de aviones de casco metálico
incendiados en vuelo por rayo: un Superconstellation en Milán,
en 1959 y un Boeing 707 en Mariland, USA, en 1963. No hay estadísticas
disponibles de daños en aviones militares, pero parece que los siniestros
por esta causa no han sido demasiado raros.
La
electricidad estática es eliminada en forma bastante eficaz mediante
diferentes dispositivos. Es conveniente tomar precauciones al aproximar
cisternas de combustible a aviones que acaban de aterrizar. En todo
caso, debe evitarse el repostado cuando hay alguna tormenta
en las inmediaciones del aeródromo.
Las
tormentas secas por su mas difícil identificación con relación
a las que se acompañan de precipitación, pueden suponer un riesgo
muy serio, también en el aspecto eléctrico, para la pequeña aviación.
Turbulencia
y cizalladura de viento.
Estos
fenómenos son ordinariamente de escala subsinóptica, excepto la
turbulencia en aire claro (CAT) que se presenta en altitudes
elevadas y es de naturaleza sinóptica ; es de relativo interés para
la pequeña aviación.
La
turbulencia térmica o mecánica, sobre todo la segunda,
queda muy influida por los factores locales y entran de lleno ambas
en la meteorología subsinóptica. No vamos a añadir a lo mucho y
en general bueno que sobre estos tipos de turbulencia aparece
en cualquier tratado de meteorología aeronáutica.
Otro
tanto podríamos decir de la cizalladura del viento, o gradiente
de viento , que afecta sobre todo a las actuaciones del avión
cerca del suelo. A escala subsinóptica estos fenómenos se presentan
en condiciones de vientos fuertes, por efecto de la brisa, en las
inversiones cercanas al suelo y en días calurosos al iniciarse el
enfriamiento nocturno.
Los
fenómenos de cizalladura de viento son bastante comunes y
han sido causa de varios accidentes. La detección precoz del fenómeno
es algo esencial para evitar riesgos mayores. En nuestro país en
que tantos aeródromos hay en la costa, debe tenerse muy en cuenta
el efecto de la brisa sobre todo en las horas de mayor intensidad.
En Canarias hay un fenómeno de mutua interacción de la brisa con
el monzón, que sopla en general del Noreste; la brisa es mas o menos
perpendicular a la playa; en Tenerife Sur no son nada excepcional
se registren fenómenos de cizalladura. No es el único aeropuerto
donde tal cosa suceda.
Es
preciso referirse a lo que hemos denominado cizalladura inducida,
que es la creada por el propio avión en sus maniobras. Así, cuando
el viento es fuerte y laminar, y si tras el despegue ha de realizarse
un ceñido viraje, el avión experimenta efectos de cizalladura
sin haber gradiente de viento. Lo mismos sucede en aproximaciones
de circuito, cuando el avión desde la ayuda principal recorre un
tramo con viento en cola para virar al otro extremo y aterrizar
viento en cara. Este tipo de cizalladura inducida ofrece
menos riesgo que el anterior, pues al ir progresivamente el avión
teniendo viento en cara, tiende a aumentar su sustentación, al reves
que en el despegue.
OTRAS
CONSIDERACIONES.
En
la aviación deportiva, en ultraligeros y similares, suelen efectuarse
por lo general vuelos en condiciones visuales. Ello no quita para
que cada vez sean mas numerosos los pequeños aviones con excelente
equipo a bordo que permite el vuelo instrumental. Para tal tipo
de vuelos se requiere una habilitación especial. En las aproximaciones
instrumentales debe tenerse muy en cuenta que en gran número de
aeropuertos los mínimos operativos , por efecto del relieve, tan
variado en España, vienen impuestos por las salidas en caso de aproximación
frustrada. El no tenerlo debidamente en cuenta puede ser origen
de accidentes o incidentes, a los que pueden ser mas vulnerables,
valga la paradoja, los pilotos mas experimentados cuando realizan
vuelos deportivos, lo que puede conllevar algún tipo de exceso de
confianza en si mismo.
Como
consideración final, podemos indicar que aunque hemos expuesto muy
brevemente aspectos subsinópticos del vuelo, especialmente para
la pequeña aviación, no hay que olvidar que cualquier situación
o fenómeno meteorológico a meso o microescala para su evaluación
y pronóstico debe ser ponderado cuidadosamente el marco o escenario
sinóptico en que se presenta.
Alberto
Linés Escardó
Septiembre
1996
Bibliografia.
1.
T.T. Fugita. The Downburst. Microburst and Macroburst. 1985. Univ.
Chicago
2.
A. Linés. Insuficiencia de la Meteorología Sinóptica para las necesidades
aeronauticas. Comn. Congreso Met. B.Aires 1989.
3.
Madox. Bull. AMS nov. 1980.
4.
A. Jansá. Notas sobre análisis meteorológico mesoscalar en niveles
atmosféricos bajos. Pub. INM. Coll. of cas studies.
5.
Martin A. Uman. All About Lightning. 1986. Dover Pub. N. York.
6.
T.T. Fugita. Obra citada.
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